Prisioneros del más allá
Parte 1
Ninguno sabía cómo llegaron, ninguno de los chicos se conocía, ninguno podía explicar cuando atravesaron un portal dimensional, pero allí estaban, dentro de la famosa prisión Eva Santa.
Un lugar que no deberían estar ya que el sitio fue clausurado y derruido años atrás. Los jóvenes se miraban unos a otros extrañados, nunca se habían visto, no se conocían de nada ¿Qué los trajo aquí? se preguntaban. Uno de los chicos decidió inspeccionar por su cuenta aquel escabroso lugar.
─ No me pienso quedar aquí más tiempo ─.
─ ¿Qué piensas hacer? ─ preguntó una joven.
─ ¿Tú qué crees? irme de aquí ─ dijo él con seguridad.
─ No sabemos ni como hemos entrado, vamos a saber cómo salir ─.
─Alguna salida tiene que haber ─.
El chico se alejó del resto del grupo llegando a un largo y oscuro pasillo lleno de celdas, aquel sitio lo tenía aterrado, pero supo guardar la compostura hasta que escuchó como alguien respiraba. Comenzó a mirar a todas direcciones, pero no vio a nadie, aun así, el sonido estaba demasiado cerca como para no ver a la persona. El sonido cada vez sonaba más agonizante, el joven continuó buscando a la persona, por si necesitaba algún tipo de ayuda. Pero seguía sin ver a nadie, cada vez sentía más miedo, pero ese miedo se fue cuando por fin, descubrió a la persona que respiraba de esa manera. El chico vio una sombría figura apoyada en la pared, se acercó a ella para preguntarle si se encontraba bien, pero cuando le fue a poner la mano en el hombro, la figura se desvaneció...El joven no podía creer lo que había ocurrido, pensó que su vista le habrá jugado una mala pasada al estar todo oscuro, su mente habría dibujado aquella figura. Pero justamente nota como alguien le agarra del cuello desde atrás, comenzó a pegar codazos para quitarse a la persona que lo estuviera agrediendo, pero...no le dio a nada, era cómo si golpeara al mismo aire. el joven cayó al suelo, aquello que fuera que lo estuviese ahorcando lo había dejado, entonces comenzó a correr hacía los demás. Cuando llegó les contó lo ocurrido, nadie le habría creído si no fuera que, ellos también fueron atacados por algo.
─ Esto es muy extraño ─ dijo uno de los chicos.
Ninguno entendía que ocurría en ese sitio, pero el terror invadió sus cuerpos al recordar el suceso que vivieron. Una de las chicas fue arrastrada por todo el salón por una fuerza invisible, luego la golpeó contra una pared, por suerte la joven sobrevivió al golpe. El grupo quedó aterrorizado al ver aquello, sería algo que nunca olvidarían.
─ No deberíamos separarnos más, este sitio...está embrujado ─ dijo uno de los chicos.
─ Busquemos una salida todos juntos ─.
Julia, Belinda y Eliza eran las chicas, los nombres de los chicos era; Darian, Oliver y Enzo. él grupo ya conociéndose entre ellos confiarían que sus lazos se fortaleciese un poco más, por lo menos lo justo para confiar entre ellos y así poder ayudarse, pero no sería tan fácil, cada uno elige sobrevivir y si la forma más sencilla es empujando a otro a su muerte, sería la escogida.
El grupo comenzó a inspeccionar aquel lugar confiando en poder salir rápido de ese escabroso sitio, comenzaron a caminar por el mismo pasillo que camino antes uno de ellos, el lugar estaba oscuro, en sus paredes y celdas podían distinguir el pasar de los años de esa cárcel. Pero lo que más les llamó la atención fue que mientras caminaban podían escuchar el llanto de los presos que una vez ocuparon las celdas, escuchar voces de personas que ya no están en este mundo es un terror inimaginable y ese mismo terror sentían ahora mismo el grupo de jóvenes, que caminaban por el pasillo de aquellas celdas.
Parte 2
De repente escucharon un grito aterrador y monstruoso que provenía de lo más alto, el sonido les hacía sentir que aquel que gritaba estaba bajando por la escalera, pero no eran capaces de ver al culpable. El grupo comenzó a correr huyendo de aquello que sea que les perseguía. Mientras corrían podían sentir que cada vez, aquel ser invisible estaba muy cerca de ellos, prácticamente los estaba alcanzando. Desde la lejanía pudieron ver una puerta de color marrón abierta, no era el sitio más seguro claramente, pero creyeron que, si entraban antes de que el ser invisible los alcanzase, podrían huir de él y ciertamente no se equivocaron, entraron por la puerta y la cerraron de golpe, mientras cerraban podían escuchar el aterrador grito de aquello que fuera que los estaba persiguiendo. Por suerte pudieron dejar aquel tenebroso ente invisible atrás.
─ ¿Qué es este sitio? ─ preguntó Darian con incertidumbre
─ Parece...Es extraño, es como una morgue ─ dijo Enzo extrañado.
─ ¿Qué hace una morgue en una prisión? ─ Preguntó Belinda con nerviosismo.
─ No es una morgue, es una sala de...parece que aquí mataban gente ─ dijo Eliza afirmando.
─ Estas diciendo que es una sala de sacrificios? ─ Preguntó Darian.
─ No lo sé exactamente, pero creo que aquí acababan con la vida de los presos ─ dijo Eliza.
El grupo tenían clara una cosa, allí donde habían llegado era una especie de sala de tortura, sala de experimentos o simplemente se divertían matando a los presos, sea lo que sea aquella sala era una imagen muerta de lo que una vez fue, podían distinguir el suelo y una mesa de metal, cubierta de sangre seca por los años, las paredes estaba adornada de cajones de metales donde metían los cuerpos una vez, acababan con ellos. Investigando el lugar vieron una pequeña mesa de madera con un cajón, Enzo abrió el cajón y en su interior había una carpeta de color roja llena de papeles en su interior, abrió la carpeta y se dispuso a mirar aquellas hojas sueltas, una por una, entonces encontró una nota.
09/ 11/1985
El prisionero Arévalo, conocido como el lobo feroz por secuestras a niñas y cometer atrocidades con ellas, fue abierto para extraer su organismo y trasladarlos al hospital Infante de la cruz. Solo pudimos salvar Los pulmones y su corazón, es cierto que no fue lo acordado con el Hospital, ellos acordaron en pagarnos una suma de diez millones de pesetas por todos sus órganos sanos, pero nos vemos en la obligación de hablar con ellos y apreciar un cheque más pequeño...
Firmado: Doctor William Ámsterdam
Gracias aquella nota descubrieron el uso de la sala, era literalmente un matadero donde bajaban a los presos condenados a muerte para matarlos, abridlos y vender sus órganos a hospitales para su uso. Los trabajadores de la prisión pensaban que era lo mejor, limpiaban el mundo de esta escoria, como ellos pensaba, salvaban vida y ellos, se llevaban un premio por la buena acción, no era una idea tan descabellada, creían, Pero claro, aquel lugar se había infestado de maldad y de la ira de los presos que murieron en sus paredes, una Ira que persigue a este grupo de jóvenes haciéndoles pagar los pecados de otros.
Los jóvenes estaban sorprendidos al ver aquella nota, algo en su mente les rondaba no entienden el porqué, pero al conocer esa historia tenían una extraña sensación de culpabilidad. Mientras se consumían entre sus pensamientos e imágenes desconocidas que atravesaban por su memoria, las puertas de los cajones donde guardaban los cadáveres de los presos, se abrieron de repente saliendo de su interior todos aquellos cuerpos que allí descansaban. El grupo no pudieron evitar asustarse de aquello buscando un lugar por donde escapar, donde esconderse...Pero no había sitio alguno, ni siquiera una mísera arma para defenderse. Aquello era una perturbadora pesadilla, no podían creer que lo que estaban viviendo fuese real. los cadáveres comenzaron a caminar hacía ellos, al estar abiertos podían ver como partes de sus órganos caían golpeando contra el suelo, pero los cadáveres, no sentían que perdieran nada, ellos seguían caminando hacía el grupo con un único objetivo, acabar con todos ellos.
El grupo supo que nada podrían hacer, no saldrían de allí con vida....Se dieron cuenta cuando uno de ellos intentó abrir la misma puerta por la que entraron pero estaba cerrada, era como si la hubieran bloqueado para evitar que escapasen de allí. Todo había ocurrido en un momento, ni siquiera se dieron cuenta cuando se vieron rodeados de todos aquellos cuerpos, sin darles una oportunidad para defenderse. Los cogieron a todos agarrándoles la cabeza con sus putrefactos brazos, haciéndoles tener visiones de un pasado que aparentemente, desconocían.
Parte 3
Pasado de Enzo.
¿Qué hago? ¿A dónde voy? me encuentro bajando por un ascensor hasta la última planta, junto a dos presos que llevo conmigo esposados...Son basura, desechos humanos dejados aquí para que podamos reciclar sus vidas. Ambos presos intentan atacarme, pero saco mi pistola y doy un tiro a cada uno de ellos, a uno le di en el hombro, al otro le di en una de sus rodillas. Están el en suelo sufriendo de dolor...Os lo merecéis. He llegado hasta el último piso, el ascensor se abre y veo...no puede ser, Eliza es quien está afuera vestida con una bata de enfermera sonriéndome, le entrego una especie de carpeta con una lista de nombres, son los nombres de cada uno de los presos que tenemos que...
Enzo quedó mirando hacia arriba con la vista perdida mientras su vida se iba apagando.
Pasado de Eliza.
¿Enzo? ¿Cómo es posible? si ahora lo recuerdo, por eso no, nos conocíamos fue la única y última vez que nos vimos, el día que me bajó a dos pacientes para extraerle los órganos. Menudo idiota, me trae a los pacientes heridos ¿Cómo espera ahora que los lleve hasta la morgue de la prisión? le pido...No, le exijo que me ayude pero el muy gilipollas me lo niega, pero bueno no importa el solo es un mandado más y por ello yo me aprovecho y llamó un alto mando, para que...digamos le reprenda, ahora si me vas ayudar espera que Darian te lo dirá.
Eliza quedó mirando hacia arriba con la vista perdida mientras su vida se iba apagando.
Pasado de Darian.
Me está llamando Eliza, no sé qué coño quiere esta mujer ahora, no me deja respirar, es una verdadera pelmaza. Vaya parece que un guardia de bajo rango la está desafiando, bueno en algo tiene razón mi obligación es poner en cintura a los rebeldes, iré inmediatamente para allá a solucionar este...revuelo. Me dirijo hacía donde están ellos para poner orden, la prioridad es que los presos vayan sanos y salvos a la morgue, pero cuando llego, veo que ambos presos están heridos, Eliza me cuenta que Enzo, este inútil los ha disparado. Enzo intenta justificar lo que hizo, pero no le dejo mientras habla con una temblorosa voz saco mi pistola y le pegó un tiro en la frente, ahora sí que no volverá a dar problemas, mierda se acerca Julia, me ha visto disparar a Enzo.
Darian quedó mirando hacia arriba con la vista perdida mientras su vida se iba apagando.
Pasado de Belinda.
No puede ser, acabo de ver como un alto cargo asesina a sangre fría a un guardia ¿acaso no tiene escrúpulos? No estoy preparada para esto, nunca me enseñaron que hacer si veo un asesinato en directo. Mierda me vieron, Quiero correr, pero me tiemblan las piernas...
─ ¿Viste algo extraño por aquí? ─ me dice aquel chico con estrellas en su uniforme.
─ No, no he visto nada ─ le digo con temor.
Parece que la enfermera me está mirando con una sombría sonrisa, pienso que ambos están perturbados, locos, son unos psicóticos, tengo miedo a lo que puedan hacerme. Intento irme pero el chico me dice que me acerque a ellos, no quiero hacerlo me da miedo...Seguro que quiere que acabe tirada en el suelo, como aquel joven, oigo pasos detrás de mí, pero cuando me giro para ver de quien se trata, aquel quien venía me agarra fuertemente apretando mi brazo en mi espalda, Entonces me acerca obliga hacía esos dos locos...no sé qué será de mí.
Julia quedó mirando hacia arriba con la vista perdida mientras su vida se iba apagando.
Pasado de Oliver.
Esta chica vio como el capitán le quitaba la vida a ese rebelde, tengo que hacer lo correcto y llevarla donde el capitán, lo que el decida con el destino de la joven es asunto suyo. Cuando me acerco con la chica, mi capitán me sonríe...me apunta con su pistola en la cabeza y me llama escoria...¿por qué? solo quise hacer lo correcto, ella era el peligro, no yo...pero no pude explicarme porque caí desplomado contra el suelo.
Oliver quedó vagando sin rumbo por los pasillos de aquella prisión con el resto de almas atormentadas de los presos.
Pasado de Julia.
Eliza hace rato que salió de la morgue en busca de los nuevos pacientes, joder estoy deseando que lleguen, me muero de ganas por abrirlos, meter mis manos en sus cuerpos y acariciar sus tripas. Espero que no tarden mucho en venir. Desde pequeña siempre me gustó el interior de los humanos, los veía hermoso abiertos en canal. Recuerdo aquella vez en mi adolescencia en la que abrí aquel chico, nadie supo nunca quien fue la culpable, nadie pudo hacer que me responsabilice de mis actos y aquí estoy, cobrando por abrir cuerpos humanos, oh...parece que ya están aquí.
Julia quedó mirando hacia arriba con la vista perdida mientras su vida se iba apagando.
Esa prisión servía como mercado negro de órganos, cogían a los presos condenados a muerte y los abrían arrebatándole su interior para posteriormente subastarlos a hospitales privados. Todos y cada uno de los miembros del grupo que visitaron la prisión espectral, tuvieron gran parte de culpa por lo que sufrieron los presos. él más Darian, él prácticamente llevaba todo el cotarro, siempre a cargo de sus supervisores, pero aun así disfrutaba de ello. después de todas aquellas muertes en aquella prisión se había acumulado ira y maldad, personificándola como un humo rojo, que se cobró las vidas de muchos supervivientes que allí hubo y trasladándolos a la prisión junto al este pequeño grupo, pero este era en especial, mucho odio acumuló los presos muertos en sus manos y por ellos el humo les hizo vivir un tormento antes de acabar con sus vidas.
Fin.
Óscar M. Anton